¿Sabías que un nombre de pila desafortunado puede llegar a influir decisivamente en el éxito personal de tu hijo?
Las modas, personajes protagonistas de grandes acontecimientos o los nombres de las celebridades, nos influyen y mucho, a la hora de elegir un nombre para nuestro bebé. ¿Por qué no llamar a tu hija Jennifer como las guapas y reconocidas Jennifer López o Jennifer Aniston? ¿O a tu hijo Jonathan como al actor Jonathan Rhys Meyers que nos deleitó en “Matchpoint” o “Los Tudor”? Si tienes estos nombres en mente, será mejor que leas primero los resultados de este curioso estudio de eDarling y así poder elegir un nombre que tenga en cuenta que los niños, hoy en día, en vez de un pan, traen un ordenador bajo el brazo.
Lucía y Marta, triunfan como nombres femeninos
A la hora de relacionarse por internet, los nombres como Lucía o Marta tienen hasta un 90% más de aceptación. En segundo lugar (con hasta un 80%), estarían nombres como Elena, Sofía, Irene o Laura. Sin embargo, los nombres anglosajones como Mary o Jennifer no triunfan entre los usuarios españoles.
Javier, Fernando o David, los nombres masculinos con más éxito
En cuanto a los nombres masculinos, Javier, Fernando o David son los que ayudan más a interaccionar en la era digital, con hasta un 90% más de aceptación. De cerca les siguen nombres como Carlos, Pablo o Álvaro. Adrián y Jonathan, son los nombres masculinos con menos probabilidades de éxito a la hora de relacionarse por internet.
En palabras de Neberich “El rechazo continuo que las personas con este tipo de nombres sufren a lo largo de su vida, en el colegio, en el trabajo y en la vida en general, puede llegar a provocar una continua degradación de la personalidad, resultando en una alta correlación entre las personas con estos nombres y el tabaquismo, una menor autoestima o incluso un menor nivel educativo”.
Así, este estudio hace patente la importancia de los nombres, esa palabra que nos singulariza y nos acompaña a lo largo de nuestra vida sin tener nosotros ni voz, ni voto.
Por otra parte, en internet el nombre adquiere una mayor dimensión al ser este la única referencia a partir del la cual podemos crear una imagen más humana de la persona que tras él se esconde, pasando a convertirse, el nombre, en muchos casos en nuestro primer y único filtro de aceptación. Y seguramente, por eso mismo, sea la familiaridad y confianza que los nombres tradicionales nos brindan y que los anglosajones nunca podrán otorgarnos, la clave de su éxito